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ACEPTO

DESTROZARES
CANCIONES PARA EL FINAL DE LOS TIEMPOS

Puede ser que sea que estoy harto de ver

lo que quiera que sea lo que vea.


Puede ser que esté cansado de mirar

y no ver más que anuncios de mierda.


Pero hoy al mundo renuncio.

Juro que hoy al mundo renuncio.


Puede ser que a lo mejor

este bajón sea pasajero.


Puede ser que la razón

me abandonó y ya no la espero.


Pero hoy al mundo renuncio.

Juro que hoy al mundo renuncio.


Yo, a mi manera,

alejado, a su lado,

de todas las reglas;

que en este tejado

la única bandera

son sus bragas negras.


Vivo siempre fuera

de todas las reglas.

Mi única bandera

son sus bragas negras.

Y veo todo pasar desde fuera.

Doy la vida sin pensar.

No tengo adónde ir.

El cielo no es igual,

cambió de forma.


Ven, que acabo de salir.

Maldita tempestad,

no acaba de llegar,

cambió de forma.


Ay de ti y de mí,

huyendo de esta soledad,

y de ti y de mí,

y huyendo de este tiempo.

Mira, el cielo nunca ha estado tan arriba.

Me paso las horas intentándolo acercar.

Siento que estoy en un momento delicado.

¡Ay, quién pudiera…!

Mira, he visto un pajarito en el tejado

y lo acabo de entender:

el cielo no es igual,

cambió de forma.


Ay de ti y de mí,

huyendo de esta soledad,

y de ti y de mí,

y huyendo de este tiempo.


Suéltalo, aunque te queme la boca.

Dime que hoy has vuelto a volverte loca

con tanta intensidad

que el cielo no es igual,

cambió de forma.


Ay de ti y de mí,

huyendo de esta soledad,

y de ti y de mí,

y huyendo de este tiempo.

Sales, y el mundo espera fuera

y te lleva.

Vuelas igual que una paloma,

y te lleva.


Puede, sentada ante la vía,

que ría.

Puede, sentada entre las flores,

que llore.


A ver si me entero…

si es hora de alzar el vuelo,

ahora solo espero

que corra y que corra el tiempo y


que vuelva, que vuelva a casa.

Que vuelva, que vuelva a casa.


Dime que no soñarás nunca nunca con ella.

Prometido.

Dime que no pensarás en su boca de fresa.

Prometido.

Qué más me da no cumplir mis promesas

si tengo el infierno prometido.


Querré

lo que quiera querer,

y querré lo prohibido.

Tendré

lo que quiera tener,

y tendré lo prohibido.


Puede, sentada ante la vía,

que ría.

Puede, sentada entre las flores,

que llore.


A ver si me entero yo…

si es hora de alzar el vuelo ya,

ahora solo espero yo

que corra y que corra el tiempo y,


puede que dentro de un rato,

dé media vuelta el destino.

Puede que vuelva a mi lado,

que no esté todo perdido.


Dime que no soñarás nunca nunca con ella.

Prometido.

Dime que no pensarás en su boca de fresa.

Prometido.

Qué más me da no cumplir mis promesas

si tengo el infierno prometido.


Querré

lo que quiera querer,

y querré lo prohibido.

Tendré

lo que quiera tener,

y tendré lo prohibido.


Sales fuera. Sales. Vuela.

Hoy he decidido soltar

mi parte animal.

No, ya no me pienso callar

nunca nada más.


Voy a empezar por decir

que no creo en la moral de la sociedad.

Y creedme si digo que no existe dios

ni santísima trinidad.


Del mar, soñar,

que hundiera algún velero.

Soñar que el mar

anega el mundo entero.

Soñar que el mar…


Hoy, hoy no pienso transigir,

no voy a dudar.

Hoy voy a dejarme fluir.

Os vais a cagar.


Si un meteorito

ayudara un poquito

y barriera la humanidad;

si solo quedara

un microbio vivito,

y pudiera recomenzar…


Del mar, soñar,

que hundiera algún velero.

Soñar que el mar

anega el mundo entero.

Soñar que el mar…

Y si surgen saludos o palabras,

tal vez notes la dureza de mi estilo,

queriendo no herirte en nada

y, en mi soledad, solo herirme yo mismo.

Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero

sin miedo a leyes ni a nostalgias…

Manolillo Chinato


Para estar contigo las horas,

para estar contigo despierto,

para hacerle al mundo mejoras

y para volar, necesito tiempo.

Únicamente tiempo.


Para ver crecer amapolas,

para estar contigo en las nubes,

para celebrar el momento

y para ser mejor, necesito tiempo.

Únicamente tiempo.


Andar, lo que es andar, anduve

encima siempre de las nubes,

saltando sobre el fuego de una hoguera

de una noche de San Juan.

Y otra primavera

que ha tenido que marchar.


Del tiempo perdido

en causas perdidas,

nunca nunca me he arrepentido,

ni estando vencido,

cansado, prohibido.


Si me caigo y no me levanto,

si lo olvido, recuérdame

que yo soy un poeta

y mi vida una letra

que escribo en hojas en blanco.


Si olvidara decir

que depende de mí

que un rojo atardecer,

que aún está sin mirar,

se mirara y, feliz,

se pudiera marchar…


Si lo olvido, recuérdamelo

y, si lo olvido, recuérdamelo,

que yo soy un poeta

y que mi vida, ¡yepa!,*

la escribo en hojas en blanco.


Puede que haga bien, puede que en remar

contra la corriente.


Del tiempo pasado

yendo a la deriva,

nunca nunca me he arrepentido,

ni estando, del ala,

tocado y hundido.


Solo si me ves, he llegado ya,

y todo lo demás no es nada.

¿Qué importa el ayer si he vuelto a nacer

anoche de madrugada?

Y todo lo demás…

todo lo demás no es nada.


Presiento que el frío de mi mirada,

queriendo no herirte nunca en nada,

tal vez te engañe y te haga pensar que

no siento nada.


Queriendo no equivocarme en nada,

por cierto, fallé alguna jugada y,

tal vez te extrañe, no me arrepiento

tal vez de nada.


Andar, lo que es andar, anduve

encima siempre de las nubes,

saltando sobre el fuego de una hoguera

de una noche de San Juan.

Y otra primavera

que ha tenido que marchar.


*Yepa: Expresión empleada originariamente por los cocheros para avisar a la gente que andaba despistada por la calzada.

Todo lo que no está en ti

se me queda tan lejos…,

todo lo que no está en ti.


Todo lo que no está en ti

se queda tan abajo…,

todo lo que no está en ti,

que puedo andar por encima del mal.


La voy a buscar a su balcón,

y en el camino, mientras sube el ascensor,

el mundo entero se queda abajo.


Pongo atención con obsesión;

frente al espejo ella se prueba un pantalón,

y lo demás queda tan lejos.


Todo lo que tengo,

todo lo que quiero

todo lo que siento

se me vuelve ajeno y no,

no voy a decir que no.


Todo lo que escucho,

todo lo que leo,

todo lo que veo

se queda tan lejos

que puedo andar por encima del mal,

por encima del bien y del mal.


Voy a enchufar la televisión,

y sale un tío disparando alrededor.

Vuelvo a mirar, y era el reflejo.

Vuelvo a enchufar la televisión,

y sale gente huyendo de la destrucción.

Vuelvo a mirar, y era el reflejo.


Todo lo que tengo,

todo lo que quiero,

todo lo que siento

se me vuelve ajeno y no,

no voy a decir que no.


Todo lo que escucho,

todo lo que leo,

todo lo que veo

se queda tan lejos

que puedo andar por encima del mal,

por encima del bien y del mal

Amarradito de su cintura,

Arriesgándonos en la postura…


He dormido poco hoy,

recordando, a oscuras,

su voz.

Ha pasado el tiempo y voy

totalmente a oscuras.


Si te da por volver,

al venir, si te acuerdas,

de traer, del amor,

de una vez, la respuesta,

yo estaré donde rompen las olas

una y otra vez.


Hola, ola del mar,

te he visto llegar.

No me dejes nunca solo.


Y una y otra vez

se vuelve a romper,

y sigo siendo el mismo loco


que ve romperse las olas.

¡Pobre arbolito que llora,

viendo romperse las olas!


Apurar del tiempo el exceso,

retozando como dos conejos.


Ha faltado poco hoy…

Pensé en aquel beso…,

y en saltar.

Ha pasado el tiempo y creo

que he perdido peso.


Si te da por volver,

al venir, si te acuerdas,

de traer, del amor,

de una vez, la respuesta,

yo estaré donde rompen las olas

una y otra vez.


Si te da por volver,

al venir, date cuenta

que clavé, para ti,

una nota en la puerta:

Estaré viendo romper las olas

una y otra vez.


Hola, ola del mar,

te he visto llegar.

No me dejes nunca solo.


Una y otra vez,

viendo olas romper,

diré en mi defensa

que no perderé

la oportunidad

si se me presenta,


esperando sin parar,

pegadito al suelo.

Esperando sin parar,

clavadito al suelo.

Esperando sin parar,

hundido en el suelo,


viendo romperse las olas,

pobre arbolito que llora.

Hipa al compás de las olas,

viendo romperse las olas.

Bienvenido al temporal.


He perdido el interés

en la puta Humanidad.

Creo que lo perdí en algún incendio forestal.


Hoy no me pienso mover,

me he hecho fuerte en el sofá.

Solo me apetece ir a algún sitio sideral.


Cierro los ojos y ahora ya no hay nada alrededor

y estoy a solas, contigo a solas.


Cierro los ojos y ahora ya no hay nada alrededor,

solo el deseo.


He dejado de creer

en la puta Humanidad.

Creo que lo mejor será una guerra nuclear.


Quizá, algo tendría que hacer.

Me levanto del sofá

y he roto la tele del salón una vez más.


Cierro los ojos y ahora ya no hay nada alrededor

y estoy a solas, contigo a solas.


Cierro los ojos y ahora ya no hay nada alrededor,

solo el deseo.

Se terminó.

Ahora ya todo se terminó.

Ya no importan los días

ni la vida.


Nada de ayer,

ni el vestido que te regalé.

Ya no importan los días

ni la vida.


Está tan sola que el día,

el día entero,

paso intentando acordarme,

pero no puedo.


He llorado tanto…

Y he llorado tan adentro…

He llorado tanto tanto

que he apagado hasta el infierno.


He llorado tanto…

Y he llorado tan adentro…

He llorado tanto tanto…

¡Qué apagado está el infierno!


Ya nunca más

volverás a soñar que me fui,

que desaparecía,

y te perdías.


Ya nunca más

volverás a sentarte a mirar

el color de los días

ni la vida.


Está tan sola que el día,

el día entero,

paso intentando acordarme,

pero no puedo.


He llorado tanto…

Y he llorado tan adentro…

He llorado tanto tanto

que he apagado hasta el infierno.


He llorado tanto…

Y he llorado tan adentro…

He llorado tanto tanto…

¡Qué apagado está este infierno!

Perdí la dignidad y el sentido del honor,

y no lo siento.

Dirán que deserté y que no tuve valor,

quizá sea cierto.


¿Cómo podría explicar, sin ver salir el Sol, qué denso sale,

o ¡qué destrozares, qué destrozares, qué destrozares!?


Juro que renegué de todo lo anterior,

y no lo siento.

Dirán que no estoy bien, que es pura depresión,

quizá sea cierto.


¡Qué denso sale el Sol, qué denso sale el Sol, qué denso sale!

¡Qué destrozares! ¡Oh, qué destrozares! ¡Oh, qué destrozares!


Harto de esperar a que viniera a verme a cualquier hora,

sí, la suerte,

me quedé esperando a que viniera a verme a cualquier hora,

sí, la muerte,

que diga: —Es hora, y vengo a verte.


Y harto de esperar a que viniera a verme a cualquier hora,

sí, la muerte,

me quedé esperando a que viniera a verme a cualquier hora,

sí, la suerte,

y tú dijeras: —Que vengo a verte.

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